Que levante la mano quien no se ha atacado de la risa mientras scrollea en alguna red social y de repente, ¡pum! Un meme ingenioso y divertido. O quien no ha reposteado algún comercial hecho por Coca-Cola o una tendencia de Netflix (que bien le halla a eso de las campañas digitales)
Detrás de todo aquello que nos hace unirnos a la conversación, están las mentes con las que estrenamos este bloc, El Bloc de Pro, y de las que tenemos que hablar fuera de un enfoque simplista o divertido. Porque, aunque nos cueste creerlo, detrás de aquello hay un arduo trabajo de planeación y sobre todo… Creatividad. Uno pensaría que el arte y la creatividad siempre han sido trabajos bien remunerados y, además, tan deslumbrantes como lo que vemos en la Era Digital. Pero la realidad es que no.
De hecho, este segmento económico no fue reconocido ampliamente sino hasta la década de los 90’s, y apenas en el 2014, el Banco Interamericano de Desarrollo acuñó el término de ‘Economía Naranja’ para referirse al movimiento industrial de las artes, empresas creativas y otras ramas como el marketing o la publicidad. Antes de eso, era considerada como una pequeña fracción apenas importante de la economía de aquellos tiempos, en donde con esfuerzo alcanzaba el 1% de establecimientos en el país.
¿Industria Creativa? ¿Con qué se come o qué?
Ahora vamos a ahondar más en la definición. Antes que nada, es importante que sepas que hay tres aspectos esenciales para que una empresa forme parte de este sector:
El primero, que son todas aquellas que tienen su origen en la creatividad e innovación (Ahí entramos nosotrxs). Que son aquellas que usan el talento y las habilidades creativas con fines comerciales y, por último, que su impacto en la economía es medible por creaciones de obras protegidas de cualquier índole, incluyendo publicaciones y proyecciones como el cine o la televisión.
Abordemos a Netflix, por ejemplo. Un servicio de streaming que tomó fuerza en la segunda mitad de la década pasada, colocándose como una punta de lanza para otras corporaciones y que recientemente ha invertido más de 100 MDP en producciones mexicanas para producir contenido local y original, logrando una derrama económica importante. O el caso de las agencias publicitarias (aquí estamos de nuevo), que desde hace más de una década han formado parte de los más de 91,388 establecimientos creativos del país y que, según el Centro de Cultura Digital, representan el 1.7% de los establecimientos totales.
Es decir, las mentes locas y desalineadas de jóvenes creadores se vuelve cada vez más en una oferta que casi ningún negocio o marca rechaza porque, sí, al fin el mundo ha comprendido que lo que hacen es, esencialmente, un negocio. Según el INEGI, las Industrias Naranjas han producido alrededor de 617 millones de pesos por año desde el 2017 y hasta el 2021, y ha generado más de 1 millón de empleos directos y una cuarta parte de esos de manera indirecta (pretends to be shock).
Así que, ¿Industria Creativa? Redituable 100%.
Vamos arrancando.
Conocer el alcance de lo que las mentes creativas pueden hacer es algo importante, sí, pero entender que estamos a mitad del camino también es vital. Porque, aunque los negocios como agencias de marketing, publicidad y producción van en aumento, todavía existe una brecha salarial y de oportunidades en contraste con otros sectores laborales. Es decir, no olviden que en esta industria hay casi un 60% de profesionales trabajando de manera freelance, y aunque esto ha influido en el aumento en costos de honorarios, evolución de mecanismos de organización y creaciones de Colectivos Creativos que eventualmente se convierten en empresas, todavía falta desmitificar el perfil de un creativo dentro de las compañías (o adivinen cuál es el primer departamento que desaparece cuando se acaba el presupuesto).
Según Alejandra Luzardo en su libro Economía Naranja, la Industria Creativa es la que tiene menor tasa de recesión, pues tomando en cuenta que el panorama mundial no afecta demasiado el consumo de productos de entretenimiento o publicidad, las posibilidades de seguir generando contenido siempre están activas. De hecho, después de una crisis como la pandemia del COVID-19, las empresas entendieron muy bien la necesidad de reinventar su comunicación y de mantenerse vigentes.
México es el exportador número uno de LATAM en materia de bienes creativos (inserte emoji de sorpresa aquí). Y cómo no, si la Industria Creativa en México ha evolucionado a pasos agigantados, y para nuestra fortuna, somos parte de esa historia.
Apostar por la Industria Naranja no es solo una oportunidad de incluir las humanidades y el arte en macro-sectores económicos, sino que nos asegura posibilidades para quienes, como nosotrxs, les apasiona las ideas y pretenden llevarla al posicionamiento en el mercado.
Así que, si aún no conoces nuestro trabajo, visita el sitio PROYECTOS y hablemos sobre cómo podemos trabajar juntos. ¡Nos encantará!
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